El recubrimiento con soldadura horizontal tiene como resultado una baja dilución que es esencial para dotar de una efectiva protección a la corrosión. Otras características de este proceso son una pequeña zona afectada por el calor y una distorsión mínima.
Si comparamos nuestro proceso horizontal con la modalidad en vertical descendente, concretamente para la aplicación en recipientes a presión, el método horizontal evita el aporte excesivo de calor —localizado— que provocaría gradientes de temperatura superiores durante la fase de enfriamiento del proceso de soldadura.
Por lo tanto, es posible evitar el riesgo habitualmente elevado de deformación localizada en la virola debido a la combinación de un gran aporte de calor localizado y la tensión de compresión axial provocada por la acción de las cargas externas (estructurales) sobre el recipiente en el momento de la soldadura.